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domingo, 7 de junio de 2009

El Salvador Gana a México 2 a 1











El Salvador
está ubicado en Centroamérica. Al norte y noreste limita con Honduras, al oeste con Guatemala, al sur con el océano Pacífico. Su ave nacional es el torogoz, su idioma el español y su equipo, la Azul, dejó de ser, anoche, un desconocido para aquellos mexicanos que aseguraban que al istmo no tenían nada que venir a aprender. Humildad quizás.

Alexander Escobar no juega en el Shakhtar de Ucrania, Julio Martínez no presta sus servicios al Deportivo La Coruña de España y Rodolfo Zelaya no está en el Fire de la MLS. Pero ayer, esos tres hombres, junto a ocho —incluidos tres suplentes— auténticos guerreros más se encargaron de demostrarle a propios y extraños que poco o nada importa que el número 100 del mundo se mida ante el número 26 del raramente creíble ranking de la FIFA. Le demostraron a esos pretenciosos norteamericanos que hacen de los gritos su mejor arma para tratar de ocultar su ignorancia, que este paisito sí existe, que el Cuscatlán es más que un pequeño estadio de la región y que, sobre todo, esta nación no necesita de mascarillas para taparle la boca a nadie.

Anoche, un México plagado de nombres, de figuras, de contratos millonarios, se fue del Cuscatlán —igual que en 1993 y con un idéntico 2-1— con la cola entre las patas. El mismo Martínez y Cheyo Quintanilla sentenciaron un juego que volvió a reunir en “el Coloso de Montserrat” a un país entero ávido de satisfacciones, ávido de revancha ante un rival que, como siempre, se llenó la boca de desprecios hacia los salvadoreños.

Los azules vienen de equipos como el Águila, el Vista Hermosa, el Nejapa, el Firpo. ¿Y? Y son dirigidos por un mexicano que, según un bocón, no tuvo éxito en su país. Pero Carlos De los Cobos, un azteca de pura cepa, derrotó al “Tri” con aplomo, ganándole la partida táctica a su “brother” Javier Aguirre, quien no pudo debutar con una victoria en su nueva aventura con el equipo norteamericano.

De los Cobos le volvió a apostar a sus hombres. A esos que tienen, hoy más que nunca y tras el tercer lugar con el que amanecieron ubicados hoy en la tabla de posiciones de la hexagonal final de la CONCACAF, vivo a un país que aspira que Sudáfrica 2010 se convierta en la tercera travesía mundialista de su historia.

El míster envió un 4-1-4-1 que se comió vivo al 4-4-2 que le plantó “el Vasco” sobre el pasto del Cuscatlán.

Sí, hubo nervios de entrada, de los dos lados. Pero la visita comenzó dominando. En los primeros siete minutos de juego ya “el Mudo” Montes había sido puesto a prueba en un par de ocasiones.

Pero cuando la tricolor era mejor, apareció Julio Martínez, tras una jugada para enmarcar de Rodolfo Zelaya, y con un zapatazo de tres dedos la puso lejos de la estirada del veterano “Conejo” Pérez.

Apenas se habían jugado 11 minutos y la hinchada cuscatleca, que llenó desde el mediodía —sin armar relajos y aguantando estoicamente primero el inclemente sol y luego la fuerte lluvia— el estadio, ya saboreaba una victoria.

Pero no era de soplar y hacer botellas. Hubo que anular, por ejemplo, a Andrés Guardado por la izquierda y arriba a Nery Castillo y al “Guille” Franco. Había que detener a Pável Pardo y Gerardo Torrado por el centro, y había que incomodar a Galindo y al “Maza” Rodríguez en la zaga. Y todo se logró.

Al descanso todos se fueron conteniendo la respiración. Y así se inició el complemento. Sobre todo porque llegó al terreno de juego el polémico Cuauhtémoc Blanco en lugar de Pardo, en clara intención del “Vasco” de darle más llegada a su equipo.

Y lo logró. “El Tri” arrinconó a la Azul. Pero no empataba porque atrás Alex Escobar y Marvin González jugaron el partido de su vida. Y Montes estaba atentísimo a cada balón aéreo que buscaba la testa de Franco.

Corría el minuto 68 y la lluvia hizo su aparición sobre el cielo salvadoreño. Y el agua también trajo el empate azteca luego de que el tico Walter Quesada decretara penalti tras una dudosa falta de Manuel Salazar sobre “el Guille”.

Llegó “Temo” a cobrar y con tiro hacia la izquierda burló la estirada del “Mudo”. Era el 1-1, pero el apoyo de la afición no se vino a pique. Al contrario, y a pesar de que México siguió creciendo, la hinchada siguió jugando su papel. Y tuvo su recompensa.

Llegó Rudis Corrales en lugar de Pacheco y el delantero de Águila comenzó enchufado. Las corrió todas arriba cuando el esquema de De los Cobos ya había sido modificado al 3-5-2.

México, de la mano del veterano Blanco y apelando a su mayor oficio, le quitó la pelota a El Salvador. Pero de nueva cuenta, cuando la visita era mejor, cuando tenía arrinconada a la Azul, una corrida de Julio Martínez por derecha provocó el que, a la postre, sería el gol de la victoria salvadoreña.

Dentro del área azteca Martínez tiró el centro corto que chocó en la mano de Rojas y Quesada, sin dudar, decretó el penalti. Minuto 85, 1-1 y un estadio hirviendo. Cheyo Quintanilla —con el temor natural de cualquier aficionado recordando lo que le pasó ante Costa Rica cuando erró su lanzamiento— pidió la pelota, se paró frente al “Conejo” Pérez, finteó al meta mientras la pelota iba hacia el lado izquierdo de la meta tricolor.

Gol. Histeria. Cinco minutos más. Victoria. Sí, la sexta victoria de la historia de la Azul sobre “el Tri”. El Salvador le ganó a México. Seguro que hoy sí conocen de este paisito en medio mundo.

Fuente: La Prensa Gráfica

Declaraciones de Faitelson, Acepta la derrota

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